Imagínatelo: Tu pareja y tú por fin estáis pasando una noche de fiesta con buena comida, música suave e incluso un poco de luz de velas. Entonces, justo cuando estáis brindando por el amor, un invitado inesperado acerca una silla. No es un ex ni un suegro autoritario. Son las deudas, quese interponen incómodamenteentre los dos y estropean el ambiente.
El dinero es una de las principales razones por las que las parejas discuten, y las deudas suelen ser las principales culpables. Ya se trate de préstamos de estudios, saldos de tarjetas de crédito o simplemente de dos personas con hábitos económicos diferentes, el estrés financiero puede poner patas arriba incluso las mejores relaciones. Pero la buena noticia es que usted y su pareja pueden afrontarlo juntos. Trata las deudas como un reto que ambos afrontáis, no como un problema que os separa.
Así que hablemos de cómo evitar que las deudas se conviertan en la tercera rueda de tu relación.
1. Hablar de dinero (antes de que se convierta en una pelea)
Ignorar las conversaciones sobre dinero en una relación es como ignorar un tejado con goteras: Puede que ahora no parezca urgente, pero con el tiempo, las cosas empezarán a desmoronarse. Arreglarlo será mucho más caro y estresante para cuando ocurra.
Es mejor hablar de finanzas pronto, antes de que aumente la tensión. Algunos temas clave:
Transparencia de la deuda: ¿Qué tipo de deuda tiene (si la tiene)? ¿Cómo se siente al respecto?
Hábitos financieros: ¿Es usted gastador o ahorrador? ¿Qué opina del crédito?
Objetivos a largo plazo: ¿Ambos quieren el mismo futuro financiero? ¿Cuál es el plan para conseguirlo?
No se trata de juzgar, sino de comprender. La historia del dinero de tu pareja no empezó contigo, y la tuya no empezó con ella. El objetivo es descubrir cómo avanzar juntos.
2. Únanse contra la deuda, no entre sí
Las deudas no tienen por qué ser un fracaso personal porque sólo son un número sobre el papel. Pero si lo permites, puede crear resentimiento, secretismo o incluso culpabilidad en tu relación. Por eso es importante hacer equipo contra las deudas en lugar de dejar que os dividan.
Algunas formas prácticas de gestionar las deudas en pareja:
Decidan cómo van a gestionar los gastos conjuntos. Si una persona tiene más deudas, quizá no pueda repartir las facturas al 50%. Encuentren un equilibrio que tenga sentido para ambos.
Cread una estrategia compartida de amortización de deudas. Si ambos tienen deudas, ¿cuál es el plan? Si sólo uno la tiene, ¿ayudará el otro o será por separado?
Apoyaos económicamente. Esto no significa pagar la deuda de otra persona, sino animarse, comprobar los objetivos financieros y celebrar juntos las pequeñas victorias.
La gestión de la deuda resulta mucho más fácil cuando las parejas la abordan con la mentalidad de "estamos juntos en esto".
3. Respetar la mentalidad monetaria de cada uno
No todo el mundo ve el dinero de la misma manera. Puede que tú seas de los que "ahorran hasta el último céntimo", mientras que tu pareja cree que hay que darse caprichos. O puede que tú tengas cuidado con las deudas, pero tu pareja se sienta cómoda utilizando el crédito para grandes compras. Estas diferencias pueden causar tensiones, a menos que aprendas a respetar los valores financieros del otro.
Formas de encontrar puntos en común:
Establezca un equilibrio entre "gastar y ahorrar". Encuentra un sistema que te permita alcanzar tus objetivos financieros sin dejar de disfrutar de la vida.
Hable de los desencadenantes financieros. Algunas personas han crecido con dificultades económicas, lo que puede influir en su forma de gastar o ahorrar. Conocer los antecedentes de su pareja puede ayudarle a entender sus decisiones.
Evite culpar o avergonzar. Nadie quiere sentirse juzgado por sus hábitos económicos. Enfoque las conversaciones con curiosidad, no con crítica.
Comprometerse no significa cambiar de persona, sino encontrar un sistema que funcione para los dos.
4. Establezca límites de gasto (para que nadie se sienta sorprendido)
¿Alguna vez te han dicho: "Acabo de comprar esto, espero que no te importe"? Así es precisamente como los pequeños conflictos de dinero pueden convertirse en discusiones en toda regla.
Aunque usted y su pareja lleven las finanzas por separado, los hábitos de gasto les afectan a ambos. ¿La solución? Establecer límites claros.
Crea una regla de "no hacer compras sorpresa por encima de X$". Así, las grandes decisiones financieras serán mutuas y no unilaterales.
Programa reuniones mensuales para comprobar el dinero. Que sean informales (quizá tomando un café o dando un paseo) para que no parezcan una "reunión de finanzas".
Permítanse libertad individual para gastar. Cada uno debe tener cierta independencia financiera, ya sea una cantidad fija para "divertirse" o un acuerdo para no criticar las pequeñas compras.
Los límites no tienen que ver con el control, sino con el respeto y la garantía de que nadie se sienta económicamente sorprendido.
5. Recuerda: sois los dos contra la deuda, no vosotros contra el otro.
Las relaciones se basan en la colaboración. Las deudas pueden ser un obstáculo, pero no tienen por qué romper el acuerdo. La clave está en afrontar el estrés financiero como un equipo y no dejar que se interponga en el camino.
Así que, la próxima vez que las deudas intenten ser el tercero en discordia en tu relación, recuérdale que tú y tu pareja tenéis un plan y que no hay ningún asiento extra en la mesa.